Plan E-2: ¿Más despilfarro? [29/11/2009]

Respuestas a la crisis

El Gobierno anuncia un nuevo Plan E, que en esta ocasión estará dotado con 5.000 millones de euros (el anterior contó con 8.000 millones). Sin embargo, nuevas dudas se plantean con ocasión de esta presunta lluvia de “beneficios” para los trabajadores. En primer lugar, los más de 32.000 parados en nuestra ciudad dejan bien claro que los efectos de la crisis son profundos y van para largo, a causa del enorme desarrollo que ha tenido la construcción, en beneficio de un puñado de especuladores. Somos muchos los que, desde la izquierda social y política, llevamos años reclamando medidas que pusieran orden en el crecimiento irracional de la construcción (y, paralelamente, del precio de la vivienda). Desde 2003, hemos exigido que el Ayuntamiento dejara de promover abusos urbanísticos y que tomara cartas en el asunto para acabar con los cobros fraudulentos con las VPO. Hemos reclamado que se emprendiera la promoción pública de vivienda para combatir el ascenso sin freno de los precios, que hoy, con el paro, están llevando a la quiebra a miles de trabajadores. La respuesta ha sido más ladrillo, y el reciente varapalo de la Generalitat, sobre la recalificación del sector MR-12 de La Marina, demuestra cuál es la sinceridad de nuestros concejales cuando pregonan «cambios en el modelo productivo».

Pero más aún lo demuestra el uso que se ha hecho del Plan E en nuestra ciudad, cuyo importe ha ido a parar, fundamentalmente, a las empresas de construcción, sobre todo a las mayores. Y, ¿para qué? Básicamente, para arreglar aceras y levantar rotondas que estaban nuevas (glorioso ejemplo el de la entrada a la carretera de Santa Pola). Es lo mismo que ha sucedido en todo el país, como han denunciado los sindicatos en otras Comunidades Autónomas: las empresas han inflado el número de trabajadores que iban a emplear, para hacerse con las contratas; han obligado a realizar larguísimas jornadas laborales (sábados incluidos), lo que ha redundado en un menor número de empleados; han extendido la cadena de subcontratas; han promovido la rotación en los contratos y la contratación por horas; han despedido a trabajadores para luego “rescatarlos” del paro; se ha firmado diferentes contratos para un mismo trabajador; no ha habido ningún criterio social para poder contratar a los trabajadores según el tiempo que llevaban en paro, ingresos familiares, etc. Cualquier ciudadano ha podido observar que al menos muchas de estas prácticas se han producido también en nuestra ciudad.

Es decir, que el Plan E se ha utilizado de manera que sólo ha creado empleo precario y temporal, para llevar a cabo obras innecesarias o, demasiadas veces, no urgentes. Además de no haberse creado empleo estable, tampoco han contribuido la mayoría de las obras a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, y mucho menos a desarrollar nuestras capacidades productivas. Eso sí, siguiendo con la tónica dominante en nuestro Ayuntamiento, se han asegurado los beneficios de las empresas de construcción: las mismas que nos han hipotecado a millones de trabajadores con sus precios abusivos. ¿Es ese el «nuevo modelo productivo» del que tanto nos hablan el Gobierno y el Ayuntamiento del PSOE? ¿Es esa la «confianza» que hay que restablecer, según el PP?

El Ayuntamiento nos ofrece cursos, dirigidos mayoritariamente a los servicios y a la construcción. Nuestra ciudad y comarca no puede, sin embargo, rendirse a la tendencia dominante de acabar con la economía productiva, que es la que realmente puede aportar riqueza y empleo de calidad. El Ayuntamiento debe utilizar todos los mecanismos a su alcance para promover el desarrollo económico, social y medioambiental; debe dejar de ser una máquina de asegurar los beneficios de unos pocos para apoyar a quienes vivimos de nuestro trabajo: asalariados y autónomos, fundamentalmente. Para ello, debe:

·Apoyar el empleo estable y de calidad en el calzado, impulsando una marca local que facilite su comercialización y contrarreste el sometimiento de la pequeña empresa a las multinacionales.

·Establecer condiciones laborales para las contratas, y facilitar la agilidad en los pagos.

·Impulsar el desarrollo rural en el Camp d’Elx, para que no se convierta en un desierto ni acabe bajo el asfalto.

·Implicarse en la construcción, alquiler y rehabilitación de vivienda, para evitar nuevas escaladas de precios, adecuar este sector a las necesidades reales y promover empleo estable.

·Incrementar la presión fiscal sobre los propietarios de viviendas vacías.

·Dar la voz a los ciudadanos para establecer democráticamente las prioridades de inversión, en primer lugar para este nuevo Plan E. No al mirador del palmeral.

Puedes venir a discutir y proponer sobre todos estos temas al Ateneo Republicano Gabriel Celaya

C/ Juan Maciá Esclapez, 41 (esquina Camí Magros, frente Ferretería)

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